¿Cómo puedo almacenar Bitcoin?
Novena parte de los fundamentos de Bitcoin: El fenómeno explicado en lenguaje sencillo
El Bitcoin fue lanzado en el año 2008 como el primer sistema de moneda peer-to-peer del mundo que trajo consigo un modelo completamente nuevo en forma de tecnología blockchain. Años después, el Bitcoin continúa siendo la criptomoneda más popular, pero ya no es la única.
En los años posteriores a la creación del Bitcoin, han aparecido otras criptomonedas que no solo han llenado el espacio dejado por el Bitcoin, sino que han aplicado la tecnología blockchain a diversos ámbitos y desafíos en todo el mundo.
Aunque todas estas monedas son consideradas monedas digitales, las criptomonedas distintas al Bitcoin a menudo se denominan ‘alternativas a Bitcoin’ o altcoins.
Las altcoins pueden ser un proyecto de moneda digital completamente nuevo o pueden aprovechar la naturaleza de código abierto de otras iniciativas para conseguir distintos objetivos. Concretamente, las altcoins pueden iniciar diferentes políticas monetarias que promueven diferentes casos de uso o tratamiento, como la introducción de gastos mínimos, intereses positivos o negativos sobre participaciones, o incluso cambios en las posturas sobre la minería (el método usado para introducir nuevas criptomonedas al sistema financiero).
Numerosas altcoins han empezado a ser ampliamente aceptadas desde su creación y reconocidas gracias al entusiasmo mediático que ha promocionado el Bitcoin en todo el mundo.
El Ethereum, que es probablemente la altcoin más popular, es el resultado de una plataforma de desarrollo que, en vez de servir como una moneda peer-to-peer, ha sido diseñada para programar acuerdos vinculantes, llamados contratos inteligentes, en el propio blockchain.
El Ethereum ha sido usado por los desarrolladores para intercambiar código y, posteriormente, para crear aplicaciones en la plataforma, y puesto que esta criptomoneda se ejecuta en ordenadores de todo el mundo, el New York Times calificó el proyecto como “un solo ordenador compartido administrado por la red de usuarios y en el qué los recursos son distribuidos y pagados en Ether”.
Otros proyectos tienen un origen similar al del Bitcoin. Litecoin, otra altcoin popular, fue diseñada por un exingeniero de Google Charlie Lee, usando la tecnología fundamental del blockchain de Bitcoin con mejoras adicionales, Lee pudo crear Litecoin en una red de divisas peer-to-peer que hace que las transacciones se realicen mucho más rápido.
Algunas altcoins han sido diseñadas expresamente para otros usos muy diferentes. La Golem Network, por ejemplo, permite a los usuarios ceder porciones de la CPU de su ordenador (o alquilar porciones de otras CPUs) a través de una red mundial distribuida de ordenadores. La Golem Network usa los tokens Golem como medio de pago para facilitar el alquiler de CPUs de todo el mundo que juntos forman un superordenador mundial.
En su nivel más básico, las altcoins sirven para descentralizar la utilidad ofrecida por el Bitcoin y proporcionar nuevas e interesantes maneras de utilizar la tecnología blockchain, y son una competencia sana para el Bitcoin en términos de capital intelectual y valor fiscal.
Aunque muchas altcoins surgen como resultado de ‘bifurcaciones’ (que ocurren cuando un proyecto de criptomoneda se duplica y comienza de nuevo en una interpretación ‘clonada’ en la que se pueden realizar cambios, o un proyecto es dividido en dos debido a que la comunidad no logra ponerse de acuerdo sobre una propuesta de mejora), otras son creadas a través del proceso de una oferta inicial de moneda que, al igual que una oferta pública inicial, introduce una nueva moneda o token en un mercado en un intento por aumentar el capital inicial o la capacidad de mercado.
Las ofertas iniciales de monedas , ICO en inglés, son un método de recaudación de fondos mediante crowdfunding. Estas tienen lugar cuando los proyectos startup venden públicamente sus criptomonedas o tokens básicos a cambio de Bitcoin o Ether.
Las ICOs son similares a la oferta pública inicial (IPO en inglés) en la bolsa de valores, que ofrece una venta pública inicial mediante la cual los inversores pueden comprar acciones de una compañía. Las ICO permiten a los inversores comprar los tokens del proyecto (que son como las acciones) y pagar usando una criptomoneda, como el bitcoin.
Una empresa lanzará una IPO con el fin de conseguir fondos para promover el desarrollo y la expansión del negocio. Las ICO tienen un objetivo similar, con una venta inicial en la que el proyecto o negocio ofrecerá sus tokens a cambio de criptomonedas.
Antes de que una empresa pueda lanzar una IPO, se debe crear un documento, el prospecto. El prospecto debe declarar legalmente la intención de la compañía de ofrecer sus acciones al público, y debe cumplir con los estándares de transparencia obligatorios, para ayudar a los posibles inversores y evitar estafas.
Sin embargo, no ocurre lo mismo con las ICOs y el único requisito que la compañía debe cumplir es presentar un documento que detalle la información esencial del proyecto. Por lo tanto, no existe ningún estándar para el documento técnico de una ICO, por lo que cualquier proyecto puede incluir u omitir la información que quiera. Esto deja un gran margen para que los estafadores engañen a los inversores con promesas de proyectos, que al final resultan ser estafas.
Además, puesto que no se necesita un protocolo legal y un marco regulado, muchos proyectos no tienen ningún tipo de historial y el documento con la información esencial es suficiente para respaldar el proyecto. Al no haber un historial, cualquier evaluación del proyecto se basa solamente en las expectativas del proyecto.
En el mundo de las criptodivisas, existen varias monedas principales, como el Bitcoin y Ethereum, y la cosa se complica todavía más con las ICOs.
De manera similar a cómo se determina el valor del Bitcoin, habrá mayor probabilidad de que una altcoin reciba financiación, y adquiera valor, si proporciona soluciones para mercados en crecimiento con demanda del mundo real y si el respaldo de los principales inversores hace que otros inviertan también. Lograr una innovación usando la tecnología existente también es un catalizador que ayuda y si un proyecto tiene un buen equipo encargado del desarrollo, esto también contribuye al éxito.
Debido a la dificultad a la hora de regularlas y al margen que esto deja para los estafadores, es muy arriesgado invertir en ICOs, lo cual dificulta las cosas para los proyectos que tienen el potencial de llegar a ser algo grande.
Si estás pensando en invertir en una ICO, el mejor consejo que podemos ofrecerte sería investigar lo máximo posible y no invertir lo que no puedes permitirte perder. Los inversores interesados siempre pueden optar por comprar criptomonedas después del lanzamiento de la ICO para mitigar el riesgo.
Aunque queda por ver si otra criptomoneda tendrá el mismo éxito que el Bitcoin, los inversores apasionados pueden aprovechar las altcoins para invertir en un proyecto en el que creen, y los traders con experiencia pueden usarlas para ganar dinero con operaciones acertadas. Los que quieren comprar altcoins, deben saber que es posible encontrar proyectos de blockchain que ofrecen retornos increíbles a los inversores dedicados.
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