El mercado de las NFT se dispara: el 26% de los inversores japoneses tienen NFT
Según una encuesta recientemente publicada, más de uno de cada cuatro inversores japoneses en criptodivisas posee o ha poseído NFT.
Una característica clave de las criptomonedas es que no suelen ser emitidas por ninguna autoridad central, lo que teóricamente las hace resistentes a la interferencia o el control gubernamental.
Las criptomonedas son cada vez más aceptadas como método de pago por compradores y empresas, pero su adopción presenta notables desafíos.
A pesar de sus retos, existen fuertes incentivos para adoptar pagos con criptomonedasatractivos tanto para los compradores como para las empresas:
Las criptomonedas a menudo implican comisiones de transacción mínimas o inexistentes, lo que proporciona una opción de pago rentable para usuarios y comerciantes, especialmente en comparación con las comisiones de las tarjetas de crédito tradicionales.
Las transacciones en la cadena de bloques están encriptadas y son a prueba de manipulaciones, lo que hace que los pagos con criptomonedas sean relativamente seguros. Los riesgos de fraude, como las devoluciones de cargos, son casi inexistentes debido a la irreversibilidad de las transacciones.
Las criptomonedas facilitan los pagos internacionales instantáneos sin necesidad de cambio de divisas, lo que resulta atractivo para las empresas que operan en diversos mercados y necesitan procesar pagos transfronterizos rápidamente.
Las transacciones con criptomonedas no requieren tanta información personal como los métodos de pago tradicionales, lo que permite a los usuarios proteger su identidad.
Las empresas que aceptan criptomonedas pueden atraer a consumidores expertos en tecnología o a aquellos que invierten en activos digitales, accediendo así a un mercado en crecimiento.
Aunque los pagos con beneficios de los pagos con criptopersisten varios inconvenientes importantes.
Las criptomonedas son conocidas por sus intensas oscilaciones de precios, con valores que pueden fluctuar significativamente en un corto periodo de tiempo. Para los compradores, esto podría significar pagar más de lo previsto. Al mismo tiempo, esta volatilidad puede causar pérdidas comerciales entre el momento en que se acepta una transacción y el momento en que se convierte a una moneda más estable.
A pesar del crecimiento de las criptomonedas, todavía no es ampliamente aceptada por los principales minoristas y proveedores de servicios. Esta falta de aceptación universal puede suponer un inconveniente para los usuarios que desean pagar en criptomoneda pero encuentran pocos negocios que la admitan. Para los comerciantes, limita su base de clientes a un nicho de mercado de criptodivisas.
Las criptomonedas operan a menudo en zonas grises de regulación, con normas e implicaciones fiscales que varían drásticamente de un país a otro. Los gobiernos todavía están desarrollando marcos para gravar, informar y supervisar las transacciones de criptomonedas, lo que crea incertidumbre para los compradores y las empresas.
Las transacciones de blockchain son generalmente definitivas e irreversibles, sin autoridad central ni mecanismo de resolución de disputas. Para los compradores, los errores, como introducir la dirección incorrecta del monedero o pagar la cantidad incorrecta, no se pueden corregir. Para los comerciantes, las transacciones irreversibles aumentan el riesgo de fraude.
Aunque la tecnología de cadena de bloques que subyace a las criptomonedas es segura, los usuarios y las empresas siguen siendo vulnerables a ataques informáticos y ciberataques, especialmente si no aplican prácticas de seguridad sólidas. Los ataques contra monederos, bolsas y proveedores externos pueden provocar posibles pérdidas financieras.
Comprender y utilizar las criptomonedas puede ser complejo, y la necesidad de conocimientos y equipos especializados puede ser un obstáculo para su adopción generalizada. Desde la creación de monederos hasta la comprensión de claves y direcciones, la experiencia del usuario puede intimidar a las personas no familiarizadas con la tecnología.
Algunas criptomonedas, como Bitcoin (BTC), requieren una gran potencia de cálculo, lo que conlleva un elevado consumo de energía. Este impacto medioambiental puede desanimar a los usuarios y a las empresas que buscan la sostenibilidad, especialmente a medida que crece la conciencia ecológica entre los consumidores.
Navegar por el panorama fiscal de las criptomonedas puede ser un reto, ya que las normas a menudo difieren de una región a otra. Tanto los compradores como las empresas pueden enfrentarse a la confusión respecto a las implicaciones fiscales de las ganancias de capital, los diferentes requisitos de información y las posibles multas por incumplimiento.
Aunque las criptomonedas presentan desafíos, no son insuperables. Muchas partes interesadas del sector creen que estos problemas se mitigarán, especialmente a medida que evolucionen la tecnología y la regulación.
Muchas empresas, desde gigantes tecnológicos hasta pequeñas startups, han adoptado los pagos con criptodivisas, entre ellas:
La criptomoneda como método de pago presenta tanto ventajas convincentes como inconvenientes significativos. Mientras que la volatilidad, la aceptación limitada, las complejidades normativas y las preocupaciones medioambientales plantean retos, las ventajas -como las bajas comisiones, la mayor seguridad y la accesibilidad global- la convierten en una opción atractiva. Existen herramientas de negociación de criptomonedas de primera categoría, como Nearest Edge.
Con la creciente adopción, innovación y claridad normativa, muchas de estas desventajas probablemente disminuirán con el tiempo, haciendo de la criptomoneda una solución de pago más viable. Las empresas que adopten la criptomoneda hoy pueden posicionarse por delante de la curva en una economía que da prioridad a lo digital, a la vez que se benefician de nuevas bases de clientes y modernas capacidades de pago.
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